La Guerra Civil española (1936-1939) provocó un importante flujo migratorio fuera de nuestras fronteras como consecuencia de las sucesivas ofensivas del ejército franquista.

En el norte de la Península (Asturias, Santander y Euskadi), unas 160.000 personas huyeron a Francia entre marzo y octubre de 1937. Otras 25.000 lo hicieron en la primavera de 1938, tras la caída del frente Aragón. Pero el número más significativo coincidió con la toma de Cataluña en los primeros meses de 1939, que supuso el desplazamiento hacia las fronteras francesas de unas 440.000 personas y cerca de 10.000 al norte de África.

Más de las dos terceras partes regresaron antes del inicio de la II Guerra Mundial, una cuarta parte se quedó en Francia y una décima parte emigró, principalmente, a América.

ENLACES DE INTERÉS:

EXILIADOS Y EMIGRADOS. FÉLIX SANTOS. BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES